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La importancia de la risa y la sonrisa

Seguro que si ahora mismo sencillamente estiras la comisura de los labios y tratas de sonreír, aunque no tengas ganas, te sentirás un poco mejor. La risa tiene un enorme poder sobre el estado de ánimo y la felicidad, cada vez que ríes tu cerebro interpreta o experimenta algo así como "todo está bien". A mucha gente se le ilumina la cara y su expresión cambia completamente cuando esbozan una sonrisa y muestran su lado más amable y simpático.

Empezar y terminar el día con una sonrisa mejora el estado anímico. Cuando sonrías a los demás hazlo de forma sincera, como un gesto de cortesía. Se trata de que con tu sonrisa trasmitas algo así como: "me siento bien, veo la vida de forma positiva". Si después de respirar profundamente varias veces, pruebas de sonreír aunque sea de forma forzada durante unos minutos, verás que la química que genera tu cuerpo te hace sentir mucho mejor.

La sonrisa es una señal social que tiene un gran valor. Si lo haces con sinceridad y como muestra de agradecimiento en tus relaciones personales, contribuirás a desenlazar una cadena de actitudes positivas. Haz la prueba, sonríe en el momento adecuado y te devolverán la sonrisa al mismo tiempo que se empezará a crear un clima más positivo y ameno. En tu día a día, no te limites a decir "gracias" como quien tira algo a la papelera. Di "gracias" y sonríe de forma amable y abierta, tu imagen cambiará para mejor a los ojos de las personas que te rodean.

Antes de discutir sobre algún problema, por ejemplo de trabajo con un compañero, tómate unos segundos y trata de sonreír, pregunta por algún tema de su interés, recuérdale algún momento entrañable que hayáis vivido juntos, busca motivos para sonreír, seguro que los tienes.

Reír con más frecuencia te servirá para:

- Levantar el ánimo.

- Liberar el temor y la angustia.

- Disminuir el insomnio y reducir el estrés y el riesgo de enfermedades.

- Experimentar un efecto placentero debido a que al reír se liberan endorfinas.

- Crear un ambiente familiar mucho más feliz.

- Mejorar las relaciones sociales y laborales.

- Mostrar tu mejor tarjeta de presentación: tu certificado ante los demás de equilibrio personal, felicidad y bienestar.

- Contribuir a equilibrar tu pensamiento con un poco de humor sano.

Comparte generosamente algo que no cuesta nada: la alegría de vivir cada día y de estar vivo. Mejorarán tus relaciones sociales y te servirá también para evitar de la tentación de criticar o de caer en la negatividad. Márcate el siguiente objetivo: reír, reír y reír... Pruébalo y verás como te sentirás mejor y serás más feliz.

La depresión

¿Tristeza o depresión?

La depresión suele afectar a muchas personas durante el transcurso de su vida. Hay algunos momentos en que se puede ser más vulnerable a ella, como pasar por el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido, tener problemas económicos o laborales, la ruptura de una relación de pareja, etc.

Muchas veces se confunde la depresión con la tristeza y, pese a que podría parecer que están estrechamente ligadas, la realidad es que el hecho de que una persona sienta una intensa tristeza no implica necesariamente que por ello esté padeciendo una depresión. Del mismo modo, se ha tendido a usar con frecuencia el término “estoy deprimido/a” cuando se hace referencia a "estar de bajón”, a pasar un día en el que no apetece hacer casi nada o en el que la tristeza y la apatía se apoderan del control.

Se podría describir la depresión como un trastorno del estado de ánimo, que se manifiesta con sentimientos de abatimiento, infelicidad, culpabilidad e incapacidad de disfrutar de las cosas de la vida cotidiana, dicho trastorno puede ser pasajero o permanente.

Mucha gente habla de depresión, incluso muchas personas creen tenerla, esto puede que tenga algo que ver con el hecho de que hoy en día la depresión se sobrediagnostica, o se diagnostica mal, llegando a tratarla en personas que solamente están tristes o sencillamente atraviesan un momento delicado en su vida. Tener algún pequeño sentimiento depresivo en algún momento de la vida es incluso normal, pero una depresión mayor es algo más que eso, es una condición seria que debe ser tratada porque afecta en los diferentes ámbitos de la vida de la persona que la sufre, tanto en su faceta laboral como social y personal.

Por lo general, la persona que sufre una depresión suele buscar ayuda psicológica debido a  la insistencia de algún familiar que le hace darse cuenta de su condición. Normalmente, en un primer lugar se acude al médico de familia, hay que tener en cuenta que cada vez existe un mayor nivel de especialización con este tipo de enfermedad pero también es cierto que a veces pueden tender a dar pastillas única y directamente en lugar de derivar a una atención psicológica, aunque cada vez se aprecia más el papel indispensable que posee la psicología en el prceso de recuperación de dicha enfermedad.

Los síntomas de la depresión

Hay diferentes clases de depresión según los síntomas y su duración en un periodo de tiempo. Por eso es tan importante realizar un buen diagnóstico, no sólo para diferenciar entre depresión y tristeza sino también para poder diseñar el tratamiento más adecuado a la depresión que se padece.

Los principales síntomas de la depresión son:

- Estado de ánimo depresivo, se pasa la mayor parte del día abatido, casi cada día. En niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.

- Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades durante la mayor parte del día.

- Pérdida o aumento del apetito y del peso sin hacer régimen.

- Trastornos del sueño: insomnio o hipersomnia.

- Agitación o enlentecimiento psicomotores.

- Fatiga o pérdida de energía.

- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.

- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse,  indecisión.

- Pensamientos recurrentes de muerte, tentativas, ideas o planes de suicidio.

Muchas de las personas que sufren o que han sufrido depresión lo definen con sus propias palabras como un momento en el que han perdido la luz de sus vidas y están sumergidos en una oscuridad que parece que nunca llega a su fin, es como si les costara vivir, como si respirar fuera demasiado costoso para sí mismos e incluso, en los momentos más complicados es como si se sintieran “muertos en vida” ya que están vivos pero se sienten incapaces de experimentar alguna otra sensación más allá del dolor.

El profundo sentimiento de soledad y de vacío en estos casos puede llegar a ser desbordante, lo que no quiere decir que verdaderamente estén solos, pero sencillamente no pueden percibir ni sentir el aprecio y la calidez de las personas que están a su alrededor tratando de ayudar.

Es cierto que el dolor que se vive suprime la capacidad de sentir, de experimentar placer, de tener ganas de vivir y seguir adelante pero también es verdad que todo dolor es temporal y que SÍ se puede superar y salir de la depresión.