Páginas

Cómo afrontar la negatividad

La negatividad puede influir en nuestras emociones y distorsionar nuestra percepción del mundo causando pesimismo, miedo, preocupación, sentimientos de culpabilidad, enfados por tonterías o predisposición a quejarse por cualquier cosa. 

La ansiedad, el miedo o el enfado pueden ayudar a sobrevivir en un determinado momento pero también causar problemas. Las emociones negativas tienen una duración e impacto mayor en el estado de ánimo que las emociones positivas, así que es relativamente fácil que el pesimismo y la negatividad tomen el control, sin valorar las situaciones de forma realista. La negatividad puede conducir a la pasividad, a no actuar, a quejarse por todo, a sentir soledad o melancolía.

Aprender a neutralizar la negatividad, sin dejarse llevar por los pensamientos negativos, puede ayudar a sentirse mejor. Los estados de negatividad muy continuados pueden llevar a la persona a  la ansiedad o  la depresión.

- Analiza si estás teniendo pensamientos negativos, si estás preocupándote todo el tiempo, si te estás quejando. Todos tenemos un diálogo interior, si  te fijas de forma consciente te darás cuenta de ello. Aprende a tomarte un tiempo para pensar antes reaccionar.

Si estás preocupada o preocupado, enfadado, tenso es fácil seas presa de la negatividad. No tomes decisiones importantes si estás negativo, puedes no ser del todo objetivo. Aprende a calmarte si notas que estás enfadado o tenso.

- Las emociones y los pensamientos interactúan entre sí. Practica “parar el pensamiento” si te descubres quejándote o pensando algo que te lleva a sentirte mal, actúa diciendo “stop”.

Esto es una señal que te avisa que comienzas con pensamientos que te van a llevar sentir miedo, enfado, tristeza.  Si a menudo estás preocupado/a pregúntate ¿darle vueltas a esto me ayuda?, ¿pensar una y otra vez sobre este tema me hace sentir mejor? Casi seguro que la respuesta será No. Cambia los pensamientos negativos por pensamientos positivos.

- Si convives con personas negativas en casa o en  el trabajo piensa que la negatividad es contagiosa. Si alguien siempre destaca lo negativo, critica, se queja y cuando estás con él o ella sientes la negatividad, trata de ser amable pero no permitas que alguien te haga sentir mal.

Escucha  tratando que la otra persona sienta que es importante para ti, no se trata de herir sus sentimientos, pero hazle ver que no puede estar siempre contándote todo lo negativo.

Date un tope de tiempo (ejemplo 10 minutos) y pasado este tiempo le dices que no puedes seguir hablando, te levantas y te marchas o cuelgas el teléfono. Si esta actitud se repite la otra persona se dará cuenta que algo está pasando y que no estás en disposición de soportar sus quejas continuas.

- Ni blanco ni negro. Las personas negativas suelen ver las cosas desde los extremos. Todo o nada, nunca o siempre. Si algo les sale mal siempre les saldrá mal, si nunca han logrado algo así será. Aprender a diferenciar las creencias irracionales nos puede ayudar a darnos cuenta de que estamos dejándonos llevar por la negatividad.

- Mens sana in corpore sano. Si estás cansado, no has dormido bien, o te duele algo es más probable que te sientas negativo o preocupado. No te puedes exigir estar al 100% si estás cansado, no has dormido o te duele la cabeza. Se mejor amigo de ti mismo, date buenos consejos y aplícalos.

Aprende a relajarte haciendo algún hobby en el que puedas evadir tus pensamientos (manualidades, cocinar, fotografía, pintura, hacer deporte). Es necesario una válvula de escape si tienes tensión acumulada, por eso actividades que impliquen ejercicio físico son ideales para liberarnos de la tensión.