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Cuándo pedir ayuda

Para recurrir a la ayuda de un psicólogo, no necesariamente se tiene que sufrir una patología. Es más, en muchas ocasiones, acudir a un psicólogo puede evitar que ese problema termine convirtiéndose en una enfermedad, de la misma forma que, cuando tenemos molestias en el estómago, vamos al médico para evitar así padecer una úlcera u otras complicaciones más graves.

Existen algunos síntomas que claramente indican que es aconsejable dar el paso de pedir ayuda y reconocer que se tiene un problema que limita la vida de forma considerable:

- Principalmente, se considera un síntoma de alerta importante que la persona se sienta profundamente vacía durante la gran mayoría del tiempo, con una notable sensación de falta sentido de la vida. No es capaz de encontrar nada que le motive de verdad, todo le inspira una sensación de amargura. Cuando este tipo de  situación se vive de una forma intensa durante un periodo prolongado de tiempo, entonces, es importante pedir ayuda con urgencia para empezar a salir de ese estado cuanto antes y superar los miedos.

- También es muy recomendable pedir ayuda cuando la persona tiene olvidos frecuentes o sufre pérdidas de memoria. Estos olvidos o fallos de memoria se producen bajo la influencia de un estado de estrés agudo o por la incapacidad de concentración propiciada por la importancia de su malestar.

- Pedir ayuda también es importante cuando una persona experimenta y siente que aquellas actividades que antes le hacían disfrutar y le encantaban, ya han dejado de proporcionarle cualquier tipo de entusiasmo y al mismo tiempo, los momentos de disfrute personal en la vida cada vez son más reducidos.

- Otro síntoma de alarma emocional a tener en cuenta es la sensación de constante agotamiento. Ese agotamiento que se manifiesta ya a primera hora de la mañana, nada más despertarse, se siente que lo único de lo que tiene ganas es de quedarse en la cama durmiendo durante horas. La sensación de cansancio crónico llega a absorber intensamente la mente y el cuerpo de la persona afectada, haciendo que se sienta débil e indefensa ante esa situación.

- También vale la pena pedir ayuda cuando la persona nota que no es capaz de continuar con su ritmo habitual de vida debido a que se siente apática, sin ganas de nada, con la sensación de que todo le da igual y nada en especial le causa un ligero entusiasmo. Es importante saber escuchar los síntomas de depresión, no te avergüences de pedir ayuda.