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El chantaje emocional

Estamos más acostumbrados a ver el chantaje emocional en el ámbito de la pareja pero en realidad puede aparecer en cualquier relación personal bien sea familiar, de amistad o incluso de trabajo. Debemos tener mucho cuidado para poder detectarlo a tiempo y cortar de raíz esta conducta manipuladora.

Un chantajista, bien sea consciente o inconscientemente, usará la información que tiene sobre los temores de la otra persona para hacerse con el control y exigir que ésta actúe según sus deseos o necesidades utilizando una gran variedad de estrategias todas ellas ligadas al uso de emociones negativas tales como la culpa, la vergüenza y el miedo. Algunas veces usarán como arma para lograr sus deseos las amenazas directas, en otras el silencio, los celos, los castigos, la culpa, las promesas, la humillación, la crítica o una actitud victimista.

El mensaje que hay detrás de un chantajista emocional es algo así como “si no haces lo que quiero eres muy malo y vas a sufrir porque eres un egoísta". De esta manera si no haces lo que quieren te sentirás culpable, pero si lo haces también. En definitiva usan a la otra persona para un beneficio propio, sin importarles si causan miedo, ansiedad, angustia, malestar o culpa, lo único que les importa son ellos mismos.

En la mayoría de los casos, detrás de un chantajista emocional se esconde una persona débil y frustada, debido a una variedad de eventos que se han ido dando a lo largo de su vida, éste termina desarrollando un aprendizaje que le lleva a ser una persona inmadura, con baja autoestima y carente de habilidades de resolución de problemas.

Así como algunos chantajes son prácticmente inofensivos, otros resultan mucho más retorcidos y pueden terminar siendo destructivos. Ciertos individuos llegan a tiranizar a la persona con la que conviven utilizando el desdén, la humillación o la crítica. La manipulación llevada al extremo supone un maltrato psicológico, una agresión que no deja marca ni heridas, pero que no por eso resulta menos dañina.

A menudo se cae en el error de considerar este tipo de agresiones como un problema menor, algo menos grave que la pura expresión de violencia. Sin embargo, el maltrato moral, a parte del daño que éste causa por sí mismo, suele ser la antesala, además de un ingrediente indispensable, de lo que se conoce como maltrato físico.

Si te sientes culpable por negar algo a alguien, te incomoda tener que dar una determinada respuesta, o simplemente alguien te hace sentir mal, ten presentes tus derechos asertivos y hazte esta pregunta con la finalidad de poner remedio: ¿Estoy sufriendo un chantaje emocional?

Estos son algunos rasgos característicos que pueden ayudarte a detectar a un posible chantajista emocional:

- Hablar con ellos resulta estresante porque cambian continuamente de tema de conversación, van cambiando de estrategia y tratan de confundir a la víctima hasta que dan con el punto débil donde sienten que pueden manipular.

- Cuando estamos frente a un manipulador, las sensaciones hablan más que la razón. Debemos observar nuestras emociones, si nos encontramos frente a una persona sana, las emociones también serán sanas, pero si estamos frente a un chantajista es muy común sentir incomodidad, malestar, frustración, indecisión porque por un lado nuestra mente puede percatarse de que algo no va bien, pero luego por otra parte los miedos y chantajes que recibimos pueden invalidar a la razón y llegar un momento en el que nos sintamos incapaces de tomar decisiones.

- Suelen alardear de su vida y pertenencias, por ello las personas que poseen una baja autoestima son más propensas a caer en las redes de estos manipuladores porque se les podría llegar a admirar en exceso.

- Quieren ser los que dominan las conversaciones y los que llevan siempre la razón, son poco flexibles y les cuesta escuchar, hablan mucho más que dejan intervenir.

- Les molesta que les aconsejen, ya que consideran que es un insulto hacia su inteligencia.

- Cambian de humor fácilmente, debido a que si consiguen manipular están contentos pero si la víctima se resiste, la cara se puede transformar en cuestión de segundos de alegre a enfado.

- Desean anular la opinión del otro, situando la suya como válida y verdadera.

La libertad, el respeto y la madurez emocional
son la esencia de las relaciones maduras, estables y felices. Lo demás son fantasías, a veces colectivas, que llaman amor a conductas destructivas que en muchos casos se aceptan y luego terminan defraudando.