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Las 10 claves para educar a tus hijos

1. Haz lo que dices que vas a hacer

No pongas reglas que no puedes, o no quieres, hacer cumplir consistentemente. Mantén tus compromisos.

Es importante que los niños sepan que lo que dices es lo que quieres decir; esto genera confianza y respeto.

2. "Pilla" a los niños siendo buenos, y diles específicamente lo que te gustó

Los niños realmente quieren complacer a sus padres, y se desarrollan de forma constructiva cuando se les retroalimenta de forma positiva.

Los padres a menudo se concentran en utilizar una gran cantidad de tiempo y energía en señalar las cosas que los niños pueden mejorar. Es importante equilibrar esos mensajes con reconocimientos por las cosas que los niños ya están haciendo bien. Igual que los adultos, los niños quieren ser apreciados.

Cuando se alaba a los niños, es importante ser especifico. Así que, en vez de decir "¡Muy bien!" piensa en qué es exactamente lo que estás apreciando y díselo de forma concreta.

Por ejemplo: "Me gustó mucho la calma y la paciencia con la que te comportaste con tu hermana pequeña cuando ella estaba haciendo algo que te molestó".

3. Aprovecha el poder de las consecuencias naturales

Deja que los niños experimenten las consecuencias naturales de sus acciones o elecciones, a menos que su salud o su seguridad esté en riesgo. Esto es esencial para el aprendizaje del niño.

Permitir a los niños experimentar las consecuencias naturales de sus elecciones también puede minimizar las luchas de poder, ya que no tendrás que intervenir. Así que si, por ejemplo, tu hijo quiere llevar sus sandalias de verano en un día lluvioso, considera dejar que lo haga, a menos que vivas en un lugar con una temperatura excesivamente fría.

4. Muéstrales el camino

El castigo sólo suprime el comportamiento. Asegúrate también de decirles a los niños pequeños, o de razonar con los más mayores, cuál es la conducta que deseas ver en su lugar, y luego alabarlos específicamente.

5. Cuidado con sobreproteger a tus hijos


Cometer errores y experimentar el "fracaso" y la decepción son experiencias de vida esenciales que les proporcionan a los niños la oportunidad de aprender y practicar las habilidades de afrontamiento adecuadas.

6. Practica el contacto positivo

Las investigaciones muestran consistentemente que los contáctos positivos como por ejemplo abrazos, palmaditas cariñosas o caricias son absolutamente fundamentales para el desarrollo del niño y su posterior bienestar.

Así que tómate un tiempo todos los días para dar a tus hijos un largo abrazo. Si tu hijo mayor no quiere abrazarte más, puedes darle un apretón cariñoso en el brazo o una palmadita en la espalda.

7. Haz una clara distinción entre los niños y su comportamiento

Comunícale siempre con tus palabras y acciones que le quieres sí o sí, incluso si no te gusta su comportamiento.

Cuando se porten mal, diles "No me gusta esta conducta" o "Este comportamiento no es aceptable porque ..." en lugar de "¿Qué te pasa?" o "¡Me estás haciendo volver loco!". Estas dos últimas frases usan la vergüenza y la culpa para crear el cambio, en lugar de mostrar un enfoque autoritario basado en las razones y la empatía.

Presta también atención a tu comunicación no verbal, el lenguaje corporal, el tono, etc. Estas señales no verbales son poderosas hasta el punto de poder cambiar el significado de tus palabras.

8. Evita disciplinar a los niños cuando tienen hambre o están cansados

Cuando los niños están cansados o con hambre, no se van centrar en lo que estás tratando de enseñarles. Dado que el objetivo de la disciplina es el aprendizaje, asegúrate de que tus hijos están en un estado físico y mental que les permita aprender de sus errores y tomar mejores decisiones la próxima vez.

Anota o recuerda cuál es el tema a tratar y aborda cualquier comportamiento problemático después de que hayan descansado o hayan comido, todo el mundo estará más tranquilo.

9. Enséñales las 3 P

En lugar de decirles "Puedes hacer cualquier cosa", enséñales las 3 P: práctica, paciencia y perseverancia. Estos hábitos son la piedra angular del éxito.

10. Ayuda a los niños a aprender a sentir sus sentimientos, y a elegir sus acciones

Orienta a los niños sobre cómo responder (en lugar de reaccionar). Está bien que ellos sientan lo que sienten, pero lo que no está bien es que sigan sus sentimientos y los pongan en acción, por ejemplo, dando golpes o gritando. Esta puede ser una de las habilidades más importantes que se les puede enseñar a los hijos.